Va la historia:
"En el medio del océano hay un lugar especial, que es la Puerta del Dragón. Tiene una propiedad maravillosa: cualquier pez que la atraviese se transforma inmediatamente en dragón. Sin embargo, la puerta no tiene un aspecto diferente al de cualquier otra parte del océano. De modo que es imposible encontrarla buscándola. La única manera de saber dónde está consiste en advertir que los peces que la cruzan se transforman en dragones. No obstante, cuando un pez la cruza y se transforma en dragón, no cambia de aspecto. Parece exactamente el mismo pez que era antes. Entonces, no podemos saber dónde está la Puerta del Dragón observando atentamente hasta encontrar el lugar donde ocurre el cambio. Además, cuando los peces cruzan la Puerta del Dragón y se transforman en dragones, no se sienten diferentes y, por lo tanto, no saben que se han convertido en dragones. Simplemente son dragones a partir de entonces y nada más".
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